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En las proximidades de Kairuán

Lejos de la costa, rodeada por un paisaje de estepas, Kairuán es una ciudad fascinante anclada en un pasado milenario. Ciudad santa del islam, fue la primera capital del Magreb. Inscrita por la Unesco en el patrimonio mundial, esconde grandes maravillas: la medina, la venerable Gran mezquita, los Tanques de los Aglabíes, el espectacular mausoleo de Sidi Saheb decorado con cerámica… No se pierda los numerosos talleres en los que se fabrican las más famosas alfombras de nudos de Túnez.

¿Qué ver?

ZOCOS Y CÚPULAS

Penetre en la medina por una puerta monumental, entre los tenderetes de los vendedores de los zocos. Recorra las callejuelas de blancas fachadas y puertas azul pálido y entrará en una atmósfera atemporal. Suba a las murallas almenadas que rodean el casco histórico y descubrirá una ciudad repleta de cúpulas blancas. Vague por los zocos en los que los tenderetes rivalizan para exponer las más bellas alfombras, orgullo de la ciudad. Durante el paseo, entre en el pequeño edificio rematado por una cúpula que protege el pozo llamado Barrouta, muy antiguo y venerado por la creencia popular. En su interior, un dromedario da vueltas accionando un antiguo sistema de noria y cangilones para sacar el agua. Salga del casco histórico y vaya a los Tanques de los Aglabíes: en el siglo IX, esos enormes depósitos de agua forman parte de un inmenso complejo hidráulico, extraordinario para la época.

¿Qué hacer?

MEZQUITAS Y MUSEOS

Visite la Gran mezquita: se permite a los no musulmanes entrar en el patio y ver la sala de oración, majestuoso bosque de antiguos arcos y columnas. También se puede subir al minarete, inspirado en el faro de Alejandría. Quedará admirado por la fuerza y la sobriedad de esta arquitectura del siglo IX. Observará el contraste absoluto con el otro gran monumento de Kairuán: la graciosa zawiya Sidi Saheb (o “mezquita del Barbero”), cuyos grandes partidos están decorados con azulejos de vivos colores. Fuera de la ciudad no deje de visitar el gran museo de Raqqada: allí podrá ver objetos de cerámica de reflejos metálicos, monedas de oro y páginas del Corán que se remontan a los primeros siglos de la historia de la ciudad. También es posible realizar otras actividades en la región: senderismo, espeleología y la caza en los lugares montañosos, o la observación de aves en los lagos salados.

¿Qué comer?

CORDERO O MAQROUDH

En la medina, siéntese a la mesa de un pequeño restaurante para degustar una cocina sencilla y barata. Algunos restaurantes más famosos le servirán, dependiendo de sus preferencias, un generoso cuscús o una cocina internacional elaborada. Podrá pedir especialidades tunecinas a base de oveja como el mosli allouche, cordero asado al horno. Pero la especialidad reconocida de Kairuán es el pastelillo en forma de rombo llamado maqroudh. En él se encuentran los ingredientes inmemoriales de la cocina bereber: la sémola, el aceite de oliva, la miel, a los que se añaden los dátiles de los oasis del sur.

¿Dónde dormir?

HOTEL CLÁSICO O ALOJAMIENTO CON ENCANTO

En Kairuán se encuentran algunos hoteles entre los que destaca un lujoso hotel con piscina acondicionado en un antiguo edificio restaurado, la alcazaba (recinto fortificado) de la ciudad. A no ser que prefiera una casa de huéspedes en la medina.

Claves para comprender

CIUDAD SANTA Y ANTIGUA CAPITAL

Kairuán fue fundada en 670, durante la conquista árabe de Ifriqya (antiguo nombre de Túnez). Bajo el reinado de los emires aglabíes, en el siglo IX, se convirtió en una de las mayores metrópolis del Mediterráneo. En esa época se construyó la Gran mezquita con su forma actual; uno de los primeros grandes monumentos de arquitectura islámica, sirvió de modelo a numerosas mezquitas incluso en al-Ándalus. El museo de Raqqada presenta piezas notables que datan de esa edad de oro que duró dos siglos. En las épocas siguientes, Kairuán mantuvo un particular prestigio de Ciudad Santa. Aparte de su Gran mezquita – la primera fundada en el Magreb –, alberga el mausoleo de un antiguo compañero del Profeta, Sidi Saheb; este magnífico edificio construido en el siglo XVII, formado por varios patios y salas decoradas con paneles de azulejos multicolores, se conoce por el nombre de “Mezquita del Barbero”.

LA ALFOMBRA DE KAIRUÁN

Se dice que en el siglo XIX la hija del gobernador otomano fue la primera, en Kairuán, en tejer una alfombra de lana de calidad para regalársela a una de las mezquitas de la ciudad. A partir de ahí la tradición se perpetuó, haciendo de Kairuán la capital de la alfombra en Túnez. En realidad, desde tiempos muy remotos se fabrica todo tipo de alfombras en Túnez. Los klims y los mergoums son alfombras lisas, decoradas con franjas paralelas y motivos bereberes, y los gtifs, gruesas alfombras de colores brillantes, confeccionadas en el sur y en el campo. Sin embargo las alfombras de Kairuán se asemejan mucho más a las alfombras orientales. Se reconocen por su medallón central rodeado de flores y un marco de bandas paralelas. Las más clásicas tienen un dominante rojo carmesí, o por el contrario los tonos naturales blancos y marrones de la lana de oveja. Observe el trabajo de los artesanos en un taller de alfombras: quedará fascinado por su habilidad y por los maravillosos dibujos que se forman ante su mirada.

Datos de interés

Comisariado de Turismo de Kairuán

Tf.: 77 231 897

crt.kairouan@ontt.tourism.tn

Mercadillos semanales

Lunes: Kairuán. Martes: Haffouz.

Transporte

Kairuán está conectado con el resto del país por líneas de autocares y coches de alquiler (taxis colectivos de itinerario fijo). El aeropuerto internacional de Monastir y el de Enfidha-Hammamet están ambos a 65 km de Kairuán.

Compras

Imposible ignorar la gran especialidad de Kairuán: la alfombra está presente en todas partes. Las alfombras gruesas de puntos van desde el modelo clásico de Kairuán hasta los dibujos más variados; las alfombras lisas, cubiertas de motivos geométricos o de pequeñas figuras estilizadas – gacelas, personajes – , son más ligeras y menos caras. Las encontrará de todos los tamaños, desde la alfombrilla de silla hasta el gran mergoum que cubre una habitación entera. Llévese también de su viaje otros artículos artesanales (cobre, cerámica, cuero…) y los pastelillos con dátiles maqroudh.